Los factores ambientales parecen tener un papel en la enfermedad de Alzheimer  pero existen pocas investigaciones científicas que lo demuestras. Los investigadores sospechan, desde hace tiempo, que existe una relación entre el tabaco y esta enfermedad neurodegenerativa ya convertida en epidemia. Sin embargo, hasta ahora únicamente algunas investigaciones epidemiológicas en humanos habían podido establecer esta asociación, mientras que los estudios en animales habían aportado informaciones contradictorias.

Hasta ahora; el equipo de Claudio Soto, de la Universidad de Texas Health Science Center (EE.UU.) y de la Universidad de Málaga y del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), ha examinado el efecto “directo” que tiene el tabaco sobre el cerebro de ratones transgénicos como modelo de la enfermedad de Alzheimer y sus resultados, que se publican en Nature Communications, demuestran que la nicotina produce un aumento de las lesiones cerebrales en los animales.

Neuroinflamación

En concreto, los investigadores encontraron que la exposición de los ratones transgénicos al humo del tabaco aumentaba la gravedad de algunas de las anomalías en el cerebro que son típicas del alzhéimer, como la neuroinflamación o la acumulación de placas amiloides y de la proteína tau defectuosa. Estos datos, aseguran en la revista, proporcionan nuevos conocimientos sobre un potencial factor de riesgo ambiental para el Alzheimer.

Aunque los autores reconocen que se necesitan más estudios para dilucidar los mecanismos que son responsables de la progresión de la patología, y si el dicho efecto se observa también en humanos, sus resultados ponen de relieve que el humo del tabaco es un «importante factor de riesgo ambiental», y no sólo para la enfermedad de Alzhéimer, sino posiblemente también para otras enfermedades relacionadas con el plegamiento de proteínas en el cerebro.

Fuente: ABC


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