El estrés no es bueno. Si es crónico, es peor. Y si a los muchos inconvenientes que tiene (enfermedades cardiacas, depresión, dolores musculares y articulares) añadimos que está probada su contribución al Alzheimer, tendríamos que empezar a pensar en tranquilizarnos todos un poco.

Según hemos podido leer, la científica sueca Sara K. Bengtsson, de la Universidad de Umea, está empezando a averiguar cuál es el mecanismo por el que el estrés es un factor a tener en cuenta en el desarrollo de Alzheimer y otras demencias. En su tesis, que defenderá a final de mes, Bengtsson sugiere que los elevados niveles de esteroides que se generan en el cerebro durante los periodos de estrés inhiben la actividad normal del cerebro, y que esos niveles, cuando aumentan de manera crónica, son capaces de desencadenar un acelerado desarrollo de Alzheimer en ratones de laboratorio. La Universidad ha comunicado estos hallazgos subrayando que una aceleración comparable en seres humanos podría suponer la diferencia entre vivir de forma independiente la vejez, o necesitar una ayuda profesional.

Pese a los enormes esfuerzos en investigación, se siguen desconociendo las causas de esta demencia y sólo quedan claras dos cosas: que hay que investigar mucho más, y que debemos adoptar modos de vida saludables. “La mayor amenaza para nuestras vidas es nuestro estilo de vida”, ha señalado la Dra. Kathleen Hall el Huffington Post. “Si desaceleramos un poco y ponemos en práctica algunas técnicas de relajación, nuestra salud lo notará”.

Abrir chat
¿Necesitas información? ¡Pincha aquí!
Hola, ¿en qué podemos ayudarte?
Ir al contenido