La enfermedad de Alzheimer (EA), también denominada mal de Alzheimer, demencia senil de tipo Alzheimer (DSTA) o simplemente alzhéimer, es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales.

Se caracteriza en su forma típica por una pérdida de la memoria inmediata y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian. La enfermedad suele tener una duración media aproximada después del diagnóstico de 10 años, aunque esto puede variar en proporción directa con la severidad de la enfermedad al momento del diagnóstico.

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, es incurable y terminal, que aparece con mayor frecuencia en personas mayores de 65 años de edad. Los síntomas de la enfermedad como una entidad nosológica definida fue identificada por Emil Kraepelin, mientras que la neuropatología característica fue observada por primera vez por Alois Alzheimer en 1906.5 6 7 Así pues, el descubrimiento de la enfermedad fue obra de ambos psiquiatras, que trabajaban en el mismo laboratorio. Sin embargo, dada la gran importancia que Kraepelin daba a encontrar la base neuropatológica de los desórdenes psiquiátricos, decidió nombrar la enfermedad alzhéimer en honor a su compañero.

Ahora sabemos que  el 90 por ciento de los pacientes de Alzheimer prefieren conocer el diagnóstico de su enfermedad para asumir la situación “y preparar el final de la vida”, según indican el neurólogo en la Fundación Centro de Investigación y Terapias Avanzadas (CITA), el doctor Pablo Martínez Lage, y el de la Unidad de Alzheimer y otros Desórdenes Cognitivos del Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, el doctor José Luis Molinuevo.

Con motivo de la celebración este sábado, 21 de septiembre, del Día Mundial del Alzheimer, ambos expertos exponen a través de Lilly que el diagnóstico de la patología “termina con la incertidumbre del paciente y sus familiares”, de ahí la importancia del diagnóstico temprano. Para Martínez Lage, obtener una detección rápida posibilita al paciente la posibilidad de “organizar su vida futura, dejar escrita su voluntad, formalizar un testamento o hablar con sus familiares sobre sus futuros cuidados”.

Por su parte, para éstos supone “poder prepararse psicológicamente y económicamente para lo que acarrea tener un familiar enfermo de Alzheimer”, indica. Entre los aspectos que deriva, el galeno señala “los episodios de irritabilidad y agresividad, la pérdida progresiva de las facultades cognitivas y funcionales, y la dependencia absoluta que puede obligar a ingresar al paciente en una residencia”, explica. Trasladándose al ámbito de los tratamientos contra la patología, el especialista expone que, aunque los actuales “sólo consiguen estabilizar los síntomas”, el efecto es “importante”, sobre todo en las fases iniciales.

Además, Martínez Lage sostiene que la ‘gimnasia cerebral’ y la adaptación de los retos que la vida diaria entraña “son algunas de las medidas que pueden ayudar al paciente”. Éstas, en algunos casos individuales, “han resultado beneficiosas”, añade Molinuevo, que concluye destacando la importancia de “estar atentos a cualquier síntoma”.

Fuente: http://lavozdetenerife.com/not/47227/los_pacientes_de_alzheimer_prefieren_conocer_su_diagnostico/

Abrir chat
¿Necesitas información? ¡Pincha aquí!
Hola, ¿en qué podemos ayudarte?
Ir al contenido