El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que está relacionado con trastornos mentales como la depresión o la ansiedad, que afectan al 50 y 40 por ciento de estos pacientes, que también tienen más riesgo de desarrollar determinadas adicciones, como la ludopatía, la hipersexualidad o la compra compulsiva.

Así lo ha destacado la psicoterapeuta del Hospital Nisa Pardo de Aravaca, en Madrid, Leticia Pérez del Tío, con motivo del Día Mundial del Parkinson que se celebra este jueves 11 de abril.

Estas adicciones, según ha explicado, son la consecuencia de trastornos conductuales o alteraciones cognitivas, lo que hace referencia a la dificultad de controlar los impulsos, que son necesario abordar para evitar el agravamiento de los síntomas motores clásicos.

Esta experta también ha destacado que los tratamientos farmacológicos clásicos que existen actualmente para el Parkinson también pueden ser complementados por una serie de tratamientos muy beneficiosos para esta patología.

La terapia ocupacional, por ejemplo, juega un papel decisivo en la calidad de vida de estos pacientes, facilitando su autonomía personal

y previniendo la dependencia durante el mayor tiempo posible.

Otro aspecto a tratar son las alteraciones del lenguaje que dificultan las relaciones sociales y pueden causar retraimiento o aislamiento social, para lo que el trabajo del logopeda es primordial.

Según explica Pérez del Tío, es habitual que el paciente presente dificultades para dormir, para lo que a parte del tratamiento farmacológico es necesario analizar las características de cada caso para ofrecer pautas de higiene del sueño para contrarrestarlas.

Asimismo, la musicoterapia se puede emplear como terapia complementaria dado que el trabajo utilizando ritmos musicales favorece la fluidez del movimiento corporal y las canciones facilitan la repetición de la letra favoreciendo el lenguaje.

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