También tiene relación con la memoria, y un ejemplo es el aroma de los panecillos que evocan a la abuela.
Sin embargo, se ha descubierto que el olfato tiene una conexión con los sitios de memoria en el cerebro, en donde se implica el problema del Alzheimer, apunta el otorrinolaringólogo Lino Antonio Guevara.
Una de las enfermedades degenerativasque más afecta a la población de adultos mayores es elAlzheimer.
Pero resulta difícil la detección temprana de los síntomas y hay confusión. La gente teme ser candidata a padecerla por algunos olvidos cotidianos -no saber en dónde guardó las llaves-, pero muchas veces solo se trata de lo que coloquialmente se llama trastorno de la memoria propio de la edad.
No obstante, si se presentan tres o cuatro de las funciones cerebrales superiores anormales, es decir, trastornos de memoria, de orientación en tiempo, persona y espacio, de la capacidad de cálculo, juicio, capacidades ejecutivas, abstracción y lenguaje, entre otros, se está caminando hacia una demencia de Alzheimer, advierte elneurólogo Héctor Ramón Martínez Rodríguezy director del Instituto de Neurología y Neurocirugía de TEC Salud.
El Alzheimer se presenta cuando se pierden algunas de las funciones cerebrales superiores como consecuencia de la muerte neuronal en los sectores que se encargan de la memoria y del resto de las funciones propias del ser humano, explica Martínez Rodríguez.
IMPORTANCIA DEL OLFATO
El olfato tiene entre sus funciones más comunes detectar si una comida está en buen o mal estado; una fuga de gas, así como la connotación sexual al activarse las feromonas.
También tiene relación con la memoria, y un ejemplo es el aroma de los panecillos que evocan a la abuela.
Sin embargo, se ha descubierto que el olfato tiene una conexión con los sitios de memoria en el cerebro, en donde se implica el problema del Alzheimer, apunta el otorrinolaringólogo Lino Antonio Guevara.
“A través de una investigación de Harvard se ha detectado que uno de los problemas que sepresentan con el Alzheimeres que se deposita una proteína beta amiloide que se supone es tóxica, tanto en los centros de memoria como en el del olfato, y se encontró que al colocarla en los ratones en ambos sitios perdían inicialmente este sentido, y más adelante desarrollaban una pérdida de memoria y de las funciones cerebrales importantes, como sucede con la enfermedad degenerativa.
Para continuar con la investigación, explica Guevara, se utilizó un medicamento para bloquear la síntesis de esa proteína y detectaron que los ratones mejoraban, tanto en la memoria como en el olfato, sin embargo, aún no se está aplicando a los humanos.